Relatos Diarios

Un amor con esperanzas

Digamos que mi historia de amor no correspondido empieza aquí. mi nombre es Elizabeth, tengo 18 años, siempre fui una persona muy seria, tímida, y no me gustaba mucho hablar con hombres, me sentía rara al hacer amistad con hombres, aunque a veces no me gustaba hacer amistades con mujeres.

Cuando estaba en 3er semestre de preparatoria digamos que no tenía muchos amigos. Solo tenia un amigo con el cual me llevaba muy bien, era Aarón, estaba en 5to semestre, aunque yo no sabia que al principio que el era amigo de Juan y de Edward, pero después me entere que eran amigos.

Ese día, mientras estaba en Facebook, encontré a alguien, lo agregue y empezamos a hablar. Pronto nos hicimos muy buenos amigos, luego él me dijo que iba a la misma preparatoria que yo, y quedamos de vernos un día. Cuando fui a la preparatoria, ahí nos vimos y hablamos, él se llamaba Juan y estaba en 5to semestre; nos hicimos muy buenos amigos, teníamos mucho en común, siempre lo esperaba muy temprano y hablábamos, como era común en nosotros.

Luego después de dos meses de vernos, el me presento a alguien que cambiaría mi vida para siempre. Se llamaba Edward, estaba en 5to semestre, aunque él era muy serio y callado coincidimos en el tipo de música que escuchábamos, empezamos a hablar…

Pasaron los días y todo fue normal. Yo no sentía nada por el en ese entonces, pero luego me empecé a sentir segura con él, a apreciarlo más. El me respetaba mucho y apreciaba. Nos teníamos mucha confianza. Yo siempre como llegaba temprano a la prepa, él llegaba y como siempre me veía sola se sentaba a mi lado y platicábamos.

Yo empezaba a sentir algo muy… un sentimiento que jamás logre sentir por cualquier otro hombre, pero como teníamos una hermosa amistad no quería arruinarla, sabía que si le decía lo que sentía por el dejaría de ser mi amigo y nunca jamás lo volvería ver.

Cuando entre a 4to semestre, ellos entraron a 6to semestre. Aun seguía sin decirle nada de lo que sentía por el. Luego conocí a sus amigos, todos eran casi igual que el, un poco serios. Que casualidad que todos eran hombres, yo era la única mujer ahí, entre una bolita de hombres, pero les agradé y ellos me agradaron, me lleve muy bien con ellos y como siempre me veían con el, siempre me decían que parecíamos novios y que hacíamos linda pareja. El parecía no hacer caso omiso a los que ellos decían y yo hice lo mismo para no empeorar mas las cosas.

Luego un día sin previo aviso, ya que yo siempre iba con el en el camión, me dijo: “¿Te gusto?”. Yo me quede callada y no pude evitar sonreír, le dije: “¿qué pasa si digo que si?”, el me contesto: “no pasara nada”. Aunque yo muy en el fondo quería decirle que si, no pude, me puse muy nerviosa, el andaba insistiendo sobre ese tema, y yo trataba de evadirlo.

Pasaron 3 días y seguía sin responderle, hasta que me decidí y le dije que sí. El se quedó callado y no me dijo nada. Y seguimos como si nada de eso hubiera pasado. Luego después de un tiempo mientras íbamos en camión, yo no sabía que los boletos que te dan en el camión arriba tienen un número y si salía un 21 podías cambiarlo por un beso. Entonces yo le pedí que me cambiara uno, el aceptó y como era mi primer beso estaba muy nerviosa. El me logro tranquilizar y me lo dio, aunque fue el peor beso que he dado, lo volvimos a intentar y de nuevo lo hicimos, pero esta vez logre hacerlo, fue el beso más largo de 7 segundos que tuve.

Y después de los próximos días seguimos haciendo lo mismo, me cambiaba los 21. Fueron los besos más maravillosos que alguien pudo haberme dado. Después de un tiempo el ya no me los cambio, sabia que era lo mejor. Luego el empezó a jugar un juego conmigo: “¿a que no puedo ponerte nerviosa?”, dijo él. Yo lo rete a que no podía hacerlo, así que empezó a darme unas caricias en los brazos y a ponerse cariñoso conmigo.

Al final lograba ponerme nerviosa, pero yo lo negaba siempre. Seguimos jugando a ese juego, ya que era la única manera que yo podía estar cerca de el y sentir sus caricias y sus besos, pero a pesar de ello seguimos siendo amigos. Nos apoyamos en todo, hay una confianza que no tendrá con ninguna mujer. Como lo de los besos dejamos de hacerlo ya que era lo mejor. Aunque de vez en cuando me gusta agarrarle su mano por “accidente” o agarrarle su brazo por “accidente”. Estar con el me hace sentir bien, hasta que sus amigos no sé, pero desde hace mucho tiempo ellos sabían que era muy obvia mi actitud, era muy obvio que yo estaba enamorada de el. Uno de ellos me animo a que le dijera lo que sentía a el.
Y se lo dije, le confesé todo lo que sentía por el. Como siempre se quedo callado sin ninguna expresión, pero me sentí muy tranquila al sentir que el lo sabia, luego después de un día el me dijo que no podía corresponder a mis sentimientos. Ese día llegue a mi casa y me puse a llorar como nunca, pero en cierto modo sentí que me desahogué y me sentí un poquito mejor, pero mi depresión ahí seguía.

Ahora en la actualidad siento algo de tristeza, pero yo tengo la esperanza que tarde o temprano algún día entre el y yo pasara algo. No me doy por vencida. El ya salio, pronto se graduara, se que no lo volveré a ver, tal vez si o tal vez no, pero se que muy dentro de mi deseo volverlo a ver. lo llamo por teléfono de vez en cuando, pero no es lo mismo oír su voz que verlo de frente, cara a cara, platicar en persona, me espera un año mas en la prepa, un año sin verlo, pero recordare la emoción que yo sentía al verlo, los abrazos que un día nos dimos, los besos.

Le esperaré.

La persona más repugnante de la tierra

Todo comenzó una noche del 10 de septiembre del 2010, cuando con mi mejor amigo Joshua fuimos a una fiesta. Fue en aquella noche cuando conocí a la persona más repugnante de la tierra.

Llegamos con mi mejor amigo y comenzamos a bailar. A mi lado había un muchacho que llamo mi atención inmediatamente. Al terminar de bailar me senté y el se sentó a mi lado y comenzamos a hablar, después de eso el me pidió bailar y yo acepte. En eso nos dimos un beso e intercambiamos números de teléfono. Después de aquella noche nos seguimos juntando, hasta que un día me pidió que fuéramos novios. Yo acepté.

Todo era totalmente maravilloso, hasta que los problemas empezaron a comenzar. El era muy celoso, y le causaba muchos celos mi mejor amigo Joshua, lo que yo no comprendía. Era una amistad de 5 años, jamás lo iba a ver mas allá de un amigo y se lo dije muchas veces, pero el no entendía, me prohibió hablarlo y verlo y si lo hacía íbamos a terminar. Yo no quería perderlo, entonces accedí, lo que causo que yo le mintiera y que me viera a escondidas con mi mejor amigo. Después todo fue mas allá, no podía hablar a ningún chico ni saludar a nadie en la calle.

Un día nosotros tomamos una gran decisión que fue tener un bebe y yo quede embarazada dos meses después.

Pasaron unos días y el me hablo de una supuesta prima que vendría de visita. Cuando ella llegó, el cambio mucho. Ya no quería juntarse conmigo, y como que buscaba excusas para pelear e irse a su casa. Luego me entere de que esa prima realmente no era su prima sino una sobrina de su padrastro. Eso me causo algo de molestia porque el siempre estaba con ella y cuando estaba conmigo me hablaba maravillas de ella, yo lo enfrente y le pregunte que es lo que pasaba con ella, a lo que el respondió que le gustaba y que en algún tiempo atrás se habían besado. Aquello me puso muy triste porque ella se estaba alojando en su casa y quizá qué cosas podrían pasar.

Otro día el fue a mí casa y discutimos porque no quería enseñarme su celular, lo que llamo la atención porque siempre lo hacía. peleamos y el me insultó, me dijo que su prima era mucho mas linda que yo, que tenia un cuerpo fenomenal, que tenia una delantera y trasera exquisita (cosa que yo no tengo), lo que me puso muy triste y me bajo mucho la autoestima. Lo único que hice fue llorar, llorar, llorar, corrí al baño y me intoxique con cloro. Ahí tenía un mes y medio de embarazo. Me llevaron rápido al hospital y fue entonces cuando mi madre se entero que estaba embarazada.

Me dieron de alta y me fui a mi hogar, Juan (mi novio) me llamo y me dijo que se había ido con su prima a vacacionar afuera. Yo ya no daba más, le corté y me puse a llorar, mi madre hablo conmigo y quería obligarme a abortar. fue a lo que accedí y hasta el día de hoy me arrepiento en el alma.

Pasaron las semanas y Juan volvió llorando, me pidió perdón, y como yo aún lo amaba, lo perdoné. La primera semana estuvo maravillosa, pero después empecé a vivir mi infierno. En una fuerte discusión él me golpeó. Llorando me volvió a pedir perdón y yo lo perdoné, pero en cada discusión que tenia él me insultaba y me comparaba con otras chicas (incluida su prima). Decía que era fea, que había chicas mejores que yo y después me golpeaba.

El me dijo que todo cambiaria si yo me cambiaba a su liceo para que estuviera en su curso. El estaba estudiando electricidad y yo en el liceo donde estaba quería especializarme en químico porque me encanta la química, pero decidí cambiarme para que todo terminara. Pero al pasar el tiempo nada termino e incluso todo empeoraba. Cada golpe era mas fuerte que el otro, me jalaba del pelo, me humillaba, me lanzaba combos en mi cara y luego el cuerpo, patadas, etc.

Mi autoestima está por el suelo, comencé a cortarme lo brazos, mis piernas, mi espalda y pecho, lo único que me mantenía con él era el pensamiento de que me lo merecía por haber asesinado a mi hijo. Ese era mi castigo.

Aún sigo con el y nada ha cambiado. Perdí a mi mejor amigo, perdí mis estudios, y ya no me queda ningún amigo con quien salir y hablar de mis problemas, yo lo amo y seguiré con él para pagar lo que le hice a mi hijo.

La dejé marchar y ahora no dejo de pensar en ella

Hola. Mi nombre es Juan Manuel y tengo 27 años. Mi historia es una casi tipo de telenovela. Es rara. Cuando platico con mis cuates me dicen que estoy loco, pues la verdad puede ser cierto pero mi locura viene de tiempo atrás. Ahora me encuentro casado con un hijo maravilloso.

La historia comienza cuando tenía 17 años, o sea, un buen tiempo. Conocí en la empresa de mis padres a una niña hermosa de 23 años. No sé qué me gustó de ella, pero algo me impresiono mucho. Su nombre es Irene, vamos a dejarlo hasta ahí. Así la llamaremos.

Bueno, resulta que empecé a tratarla. Yo, ilusionado como cualquier chamaco de esa edad. Pasó el tiempo y la invité a salir y accedió, de ahí se dio todo poco a poco. Salimos varias veces, imagínense como anda como todo un hombre crecido hasta el cielo. Pues imagínense, una señorita le hace caso a un adolescente. Todo continuaba normal hasta un momento, pues la inmadurez tenia que ganar. Así es, mi inmadurez llegó a determinar el termino de esta relación.

Ella quedo ilusionada, me quería un buen no se imaginan hasta que grado, pero por mi orgullo, mi indiferencia, mi altivez y soberbia pues poco a poco la dejé aunque no sabía que por adentro la quería un buen. Pues así siguió el tiempo, nos veíamos de vez en cuando y platicábamos.

Es una historia larga, pues aún así en 2008 sigue ella viva dentro de mí, pero demasiado tarde. Tal vez estoy pagando poco a poco el daño que le hice, lo que sufrió ella. Tómala, la estoy sufriendo yo. Pues ni modo, ya todo está perdido. Ella ya sale con otra persona y yo empezaba a hablarle a ella, pero tal vez por mi compromiso está como dicen en mi tierra peinado.

Si supieran que todavía recuerdo el último día que le di un beso, lo tengo tan grabado en mi mente que pareciera que fue ayer. Es linda, la verdad con quien se quede se va a llevar una gran mujer. ¿Saben?, me dedique a perderla. Ahora no se qué hacer. Tal vez mi vida es un fracaso sin ella, ya valió, pues ahora yo le deseo todo lo mejor y espero que encuentre a alguien que en verdad la ame ya que yo no pude.

Falle como todo buen mexicano, pues ahora mi vida esta como sin rumbo pero debo de superarlo.

Bueno, eso es una parte de mi historia. Realmente es larga, muy larga, pero muy bonita.

Irene, donde quiera que te encuentres, te deseo lo mejor y créeme que te voy a llevar dentro de mi corazón hasta el ultimo día de mi vida en la tierra. Espero que nos encontremos en la otra vida y créeme que no desaprovecharía la oportunidad. Te amo.